La guinda

Se está tan a gusto aquí

Hoy vengo inspirada por una escena del relato Mary Ventura y el noveno reino de Sylvia Plath.

Mary es una adolescente que viaja sola en un tren al que no quería subir. Todo en el tren es realmente extraño; ¿quizás de otra época?

Conoce durante el trayecto a una misteriosa mujer que sabe elevar la experiencia del viaje mostrando interés en ella y animando una buena conversación.

La invita a tomar algo en el coche restaurante. Allí toma un refresco de jengibre que hace las delicias de Mary y del lector.

En el fondo de un vaso largo lleno de líquido burbujeante una guinda parece superar cualquier expectativa que Mary pudiera tener de la situación. Confort, delicadeza, sorpresa.

La guinda.

"La verdad es que procuran hacer el viaje lo más placentero posible."

"Apenas se nota el paso del tiempo en este viaje. Se está tan a gusto aquí."

Yo diría que incluso se hacen amigas. Por eso Mary confía en ella cuando llega el momento... (y hasta aquí de spoilers: yo lo he leído en un plis en la app e-biblio. ¿No la tienes? me encantan las bibliotecas.)

Curiosamente esta parte del relato de su viaje me ha recordado a las cosas de las que hablamos en estos ‘nudos’.

Confort, delicadeza, sorpresa. La guinda.

Personas vendiendo sus ideas y sus proyectos a otras personas.

Porque no vendes, te compran. Confort, delicadeza, sorpresa. La guinda.

No sé si me explico. Hoy más cortito. A buen entendedor…

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