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Hermés y las cebollitas

Y mi PDF “7 errores a evitar para que tus proyectos den resultados”

Conversaciones enriquecedoras. Tengo muchas, por suerte, últimamente. Con amigas, con clientes, con familiares... hasta con desconocidos —es que me he vuelto más parlanchina: ahora me enrollo con la gente que me encuentro en un workshop, en el tren, en la cola de la verdulería... Será la bendición de la edad y el descaro que he adquirido con los años.

He escrito cebolla en el título de este post y ahora no recuerdo porqué. ¿Esto también es cosa de la edad? 😆 NO, eso es de fábrica en este caso. Centra't, Montserrat!

Ah, sí. Ya lo tengo. Ya sé qué quería decirte🧅.

Que todos somos cebollitas.

En el plano profesional, al salir de la uni y ponernos a trabajar (queda lejos ya, ¿a que sí?) Firmes, ¡todos a sus puestos! …

Nos ponemos unos bonitos trajes, bien a la moda, que casen con nuestro rol. O no -en el gusto ya se sabe que hay de todo. Nos gusta vestirnos.

Nos ponemos capas y capas de algo invisible que nos hace sentir más calentitos y seguros.

Dentro de esa coraza encebollada estamos confortables... Ah.... Qué comodidad. Protegidos.

Y así vamos pasando los años.

Años y años de ir añadiendo capas de seguridad y de prevención. De rutinas y no sé muy bien de qué más. Pero pesa.

Ahora te imaginarás un poco como aquella ovejita que un buen día se perdió del redil y que el pastor encuentra al cabo de 3 inviernos por la montaña, hecha una bola de lana que casi no puede ni moverse.

¿Te has sentido alguna vez así? Yo creo que sí me he sentido así. Antes.

Nos hacemos cebollitas porque nos da miedo el mundo y nos convertimos en bolitas lanudas.

Pero entonces otro buen día aparece el pastor e, incluso a esa oveja descarriada, le llega el momento de quitarse capas. Quitarte el peso que te sobra.

Ah, ¡cuánto peso nos tenemos que quitar todos!

Gracias, señor esquilador. Señor de la transformación y del cambio necesario. En otras eras y en otros lares hablaríamos de dioses y de destinos —mi favorito es siempre Hermes, que tiene alitas en los pies y es el jefe del comercio, de los viajes, de las fronteras y del ingenio.

Quitarse capas es también eso que nos cuentan de "desaprender". Dejar de hacer lo que sólo hace más grande la bola y no es imprescindible. Que hay poco tiempo y mucho por vivir.

Hacernos las cosas más fáciles. Simplificar. If only!

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